La Sierra: Saludos from the Mountains!
First week in Ecuador: The beginning of our journey started in Guayaquil after the whole group connected with each other during a long layover. Following the team’s first traditional Ecuadorian breakfast at the hotel, the group enjoyed a long bus ride up the beautiful Andes Mountains to Cuenca, where we will spend the duration of our trip. From there we arrived at El Granja Learnaya, a community farm that protects the mountain of Cabogana. The group did various farmwork tasks such as fertilizing soil, pulling weeds, preparing to plant seeds, and paving pathways! All this work contributes to the hope that the mountain will one day become protected land by the government. One of the two hikes the group took was an intense downhill climb to the nearby waterfall.
Many of the volunteers bravely traversed the slippery waterfall to find a picturesque view at the top. Here they were able to drink straight from the freshwater mountain stream. The next day, the group participated in an indigenous ceremony and enjoyed a delicious pampamesa, a traditional meal of meat, cheese, apples, corn, and a variety of local foods spread out upon a tarp on the ground and eaten using large leaves.
Primera semana en Ecuador: El comienzo de nuestro viaje comenzó en Guayaquil después de que todo el grupo se conociera entre sí durante una larga escala. Después del primer desayuno tradicional ecuatoriano del equipo en el hotel, el grupo disfrutó de un largo viaje en autobús por las hermosas montañas de los Andes hasta Cuenca, donde pasaremos todo nuestro viaje. De allí llegamos a El Granja Learnaya, una finca comunitaria que protege la montaña de Cabogana. El grupo realizó varias tareas agrícolas, como fertilizar el suelo, quitar las malas hierbas, prepararse para plantar semillas y pavimentar caminos! Todo este trabajo contribuye a la esperanza de que la montaña algún día se convierta en tierra protegida por el gobierno. Una de las dos caminatas que realizó el grupo fue una intensa subida cuesta abajo hasta la cascada cercana.
Muchos de los voluntarios cruzaron valientemente la cascada resbaladiza para encontrar una vista pintoresca en la parte superior. Aquí pudieron beber directamente del arroyo de agua dulce de la montaña. Al día siguiente, el grupo participó en una ceremonia indígena y disfrutó de una deliciosa pampamesa, una comida tradicional a base de carne, queso, manzanas, maíz y una variedad de alimentos locales esparcidos sobre una lona en el suelo y comidos con hojas grandes.
Then we embarked on an even more physically enduring 6-hour hike to the top of the Cabogana mountain. The ups and downs of the mountains included difficulty breathing and trying not to fall. However, the volunteers persevered and enjoyed the breathtaking view. Later that day the group prepared to meet their host families and enter the city of Sayausí. Once the volunteers embraced their host families, their nerves dissipated into excitement for their new journey. For their service projects, the volunteers were split into two groups: one at Bella Vista and the other at Sisay Pacha. The Bella Vista project contains two parts; the first involved working at a greenhouse that grows indigenous plants and trades seeds and plants with community members. The other part of the project includes helping a school create 70 plots of land for each grade level to take care of every year. The second group learned about farmwork such as beekeeping, seed organizing, and weeding on a farm that gives products to a local organic medicine store. Beekeeping was one of the more popular events of the day, and all volunteers were excited to observe and learn about the natural process of making honey.
After a long day of work, the volunteers, along with a few local community members, participated in an intense soccer game complete with ecstatic fans, a few yellow cards, and some dramatic falls. The next day one group of volunteers participated in engaging senior citizens, or los mayores, of the community by playing small games like Gato y Ratón. As one half of the group played, the other worked diligently in the kitchen preparing enough rice, chicken, and colada for over 100 seniors, many of them indigenous men and women. Each day after completing our various service activities, the group joined together for lunch and then completed different trainings, often mixed with playing fun games such as Ninja and Statues. Overall, it was a tiring but very fulfilling week. We look forward to traveling to the Cajas region on Friday, and the many adventures that the next week holds!
Luego nos embarcamos en una caminata de 6 horas aún más físicamente duradera hasta la cima de la montaña Cabogana. Las subidas y bajadas de las montañas incluían dificultad para respirar y tratar de no caer. Sin embargo, los voluntarios perseveraron y disfrutaron de la impresionante vista. Más tarde ese día, el grupo se preparó para encontrarse con sus familias anfitrionas e ingresar a la ciudad de Sayausí. Una vez que los voluntarios abrazaron a sus familias anfitrionas, sus nervios se disiparon y se convirtieron en entusiasmo por su nuevo viaje. Para sus proyectos de servicio, los voluntarios se dividieron en dos grupos: uno en Bella Vista y el otro en Sisay Pacha. El proyecto Bella Vista contiene dos partes; el primero involucró trabajar en un invernadero que cultiva plantas autóctonas e intercambia semillas y plantas con miembros de la comunidad. La otra parte del proyecto incluye ayudar a una escuela a crear 70 terrenos para cada nivel de grado para cuidar cada año. El segundo grupo aprende trabajos agrícolas como apicultura, organización de semillas y deshierbe en una granja que entrega productos a una tienda local de medicina orgánica. La apicultura fue uno de los eventos más populares del día, y todos los voluntarios estaban emocionados de observar y aprender sobre el proceso natural de elaboración de la miel.
Después de un largo día de trabajo, los voluntarios, junto con algunos miembros de la comunidad local, participaron en un intenso partido de fútbol con fanáticos extasiados, algunas tarjetas amarillas y algunas caídas dramáticas. Al día siguiente, un grupo de voluntarios involucró a los mayores de la comunidad jugando pequeños juegos como Gato y Ratón. Mientras la mitad del grupo jugaba, la otra trabajaba diligentemente en la cocina preparando suficiente arroz, pollo y colada para más de 100 adultos mayores, muchos de ellos hombres y mujeres indígenas. Cada día, después de completar nuestras diversas actividades de servicio, el grupo se reunía para almorzar completar diferentes capacitaciones, a menudo combinadas con juegos divertidos como Ninja y Estatuas. En general, fue una semana agotadora pero muy satisfactoria. ¡Esperamos viajar a la región de Cajas el viernes y las muchas aventuras que nos depara la próxima semana!